La huella ecológica de una persona es una medida del espacio necesario para mantener su estilo de vida. Esto incluye comida, ropa, movilidad y varios recursos. Si uno divide el área utilizable biológicamente productiva de la tierra (2010: 11,9 mil millones de ha) entre la población de la tierra, se asignan alrededor de 1,7 ha a cada persona. La huella media de los austriacos es de 5,3 ha.